¿Hay colibríes en España?

Aunque en ocasiones se pueden ver aves diminutas y de vuelo rápido que recuerdan a los colibríes, no existen colibríes nativos ni en España ni en ningún país de Europa.

Los verdaderos colibríes son exclusivos del continente americano, por lo que cualquier avistamiento en Europa suele deberse a una confusión con otra especie muy parecida. Se trata de la esfinge colibrí o polilla colibrí, un insecto que imita a la perfección su forma de volar y alimentarse.

¿Dónde viven los colibríes realmente?

Los colibríes son originarios del continente americano. Se encuentran desde Alaska hasta Tierra del Fuego, aunque la mayor diversidad de especies se concentra en las zonas tropicales de América Central y del Sur, especialmente en países como Ecuador, Colombia y Brasil.

¿Por qué no hay colibríes en Europa?

La ausencia de colibríes en Europa se debe principalmente a razones evolutivas y biogeográficas. Estas aves evolucionaron exclusivamente en el continente americano y nunca cruzaron el Atlántico debido a la gran distancia oceánica que separa ambos continentes y a la falta de rutas migratorias que lo hicieran posible.

Además, los ecosistemas europeos, aunque ricos en insectos y flores, no se desarrollaron en paralelo con los colibríes, por lo que las flores locales no están adaptadas a su peculiar forma de alimentarse.

Si alguna vez has visto un pequeño ser revoloteando frente a las flores, moviendo las alas a una velocidad impresionante y libando néctar con una especie de trompa, es muy probable que no fuera un colibrí, sino una esfinge colibrí (Macroglossum stellatarum).

A pesar de su asombroso parecido con el famoso pájaro americano, este animal no es un ave, sino una polilla diurna perteneciente a la familia de las esfíngidas. Su aspecto y comportamiento engañan a muchos observadores, sobre todo en verano, cuando se la ve con frecuencia en jardines, parques y zonas rurales de toda España.

La esfinge colibrí mide entre 4 y 5 centímetros, tiene el cuerpo grueso y recubierto de un fino vello, y unas alas que baten a gran velocidad, produciendo un zumbido muy similar al de un colibrí. Su coloración parda y anaranjada, junto con su vuelo suspendido en el aire, refuerzan la confusión.

A diferencia de la mayoría de las polillas, que son nocturnas (de hecho se las conoce también como mariposas nocturnas), la esfinge colibrí vuela de día, incluso con pleno sol, y visita flores como las de los geranios, lavandas o madreselvas para alimentarse de su néctar mediante su larga probóscide enrollada, una especie de tubo flexible que desenrolla para alcanzar el interior de las flores.

En este otro artículo puedes conocer mejor a la Esfinge colibrí: características, alimentación y hábitat.

La esfinge colibrí es una de las polillas más fáciles de observar en España, especialmente durante los meses cálidos. Aunque es pequeña, su vuelo rápido y su comportamiento diurno hacen que llame mucho la atención en parques, jardines y terrazas con flores.

Esta especie está ampliamente distribuida por toda la península ibérica, las Islas Baleares y Canarias, aunque su presencia es más abundante en las zonas mediterráneas y del sur, donde el clima templado le permite mantenerse activa durante casi todo el año.

Los lugares donde es más habitual verla son:

• En jardines urbanos, alimentándose de plantas ornamentales como geranios, lavandas, petunias o caléndulas.
• En zonas rurales y campos abiertos, donde abundan flores silvestres.
• En las costas mediterráneas, donde el clima cálido y seco, favorece su actividad durante más meses.
• En bosques claros y praderas de montaña, aunque a menor altitud suele ser más común.
• También es frecuente encontrarla en terrazas y balcones con macetas floridas, lo que la convierte en una visitante muy familiar para quienes viven en zonas soleadas.

La esfinge colibrí se alimenta principalmente de néctar de flores, del mismo modo que los verdaderos colibríes, aunque su método de alimentación tiene algunas particularidades.

Esta polilla, como las mariposas y otras polillas, utiliza una larga probóscide (una especie de tubo enrollado en forma de espiral cuando no lo usa) para extraer el néctar sin posarse sobre la flor. Durante unos segundos, se mantiene suspendida en el aire, batiendo las alas con rapidez, y extiende su probóscide para alcanzar el fondo de las flores profundas, tal como lo haría un colibrí.

Prefiere flores ricas en néctar y con forma tubular (es decir, flores con forma de campana o trompeta), que se ajustan perfectamente a su modo de alimentación. Entre sus favoritas se encuentran:

• Geranios
• Lavandas
• Madreselvas
• Jazmines
• Caléndulas
• Petunias
• Valerianas
• Buddleias (también conocidas como “arbusto de las mariposas”)

Su gusto por estas plantas hace que sea habitual verla revoloteando en jardines domésticos y balcones soleados.

• Puede volar hacia atrás: Al igual que los colibríes, esta polilla es capaz de volar hacia atrás, algo muy raro entre los insectos. Esta habilidad le permite cambiar de flor con agilidad sin necesidad de posarse, lo que le da una ventaja frente a otros polinizadores.
• Es extremadamente rápida: Sus alas baten alrededor de 80 veces por segundo, lo que genera el característico zumbido que tanto recuerda al de un colibrí. Gracias a esa velocidad, puede mantenerse suspendida en el aire sin esfuerzo aparente.
• Resiste temperaturas frías: Aunque es un insecto de climas cálidos, la esfinge colibrí puede volar con temperaturas más bajas que la mayoría de las mariposas y polillas.
• Es inofensiva y beneficiosa: La esfinge colibrí no pica, no muerde y no causa daños a las plantas ni a las personas. De hecho, desempeña un papel importante como insecto polinizador natural, ayudando a mantener la biodiversidad en los ecosistemas europeos.

• La primera diferencia fundamental es su naturaleza biológica. La esfinge colibrí es un insecto, una polilla diurna de la familia Sphingidae, mientras que el colibrí es un ave perteneciente a la familia Trochilidae. Es decir, uno tiene seis patas, antenas y alas cubiertas de escamas; el otro tiene plumas, pico, patas y es de sangre caliente.
• Otra gran diferencia está en el tamaño y el peso. El colibrí, aunque diminuto entre las aves, suele medir entre 7 y 13 centímetros y pesar varios gramos, mientras que la esfinge colibrí rara vez supera los 5 centímetros y pesa apenas una fracción de eso.
• El cuerpo de la esfinge colibrí es más corto y grueso, con un aspecto aterciopelado, mientras que el colibrí tiene un cuerpo más alargado y esbelto, adaptado al vuelo preciso.
• El modo en que se alimentan también marca una clara distinción. Ambos extraen néctar, pero lo hacen con estructuras diferentes. Mientras que el colibrí utiliza su largo pico y su lengua extensible, la esfinge colibrí usa una probóscide enrollada, similar a una pajita flexible, que desenrolla para llegar al fondo de las flores.
• Finalmente, hay una diferencia evidente en el colorido. Los colibríes exhiben plumas metálicas de tonos verdes, azules o rojos que brillan con la luz del sol, mientras que la esfinge colibrí tiene un tono pardo-anaranjado más discreto, adaptado al camuflaje.

Si deseas leer más artículos parecidos a ¿Hay colibríes en España?, te recomendamos que entres en nuestra categoría de Curiosidades de los animales.