Ibones: qué son, características, cómo se forman y dónde se encuentran

Un ibón es un lago de origen glaciar que se encuentra en las zonas altas de los Pirineos. Se formaron hace miles de años, cuando los glaciares excavaron el terreno y, al retirarse, dejaron depresiones que se llenaron con agua procedente del deshielo, la lluvia o pequeños arroyos.

Sin embargo, muchos no conocen el significado de la palabra en concreto. La palabra “ibón” proviene del aragonés, la lengua tradicional hablada en esa región del Pirineo, y significa precisamente “lago de montaña”. Con el tiempo, el término se ha mantenido para referirse de manera específica a estos lagos de altura, que suelen estar rodeados de paisajes rocosos y espectaculares vistas.

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Los ibones tienen varias características que los hacen únicos dentro del paisaje pirenaico. En primer lugar, suelen encontrarse a gran altitud, normalmente por encima de los 1.500 metros, aunque algunos están situados incluso por encima de los 2.500 metros. Esto significa que el clima que los rodea es frío durante gran parte del año, lo que influye directamente en su aspecto y en la vida que albergan. Muchos ibones permanecen helados en invierno y parte de la primavera, y el agua que contienen es muy fría y cristalina. Otra de sus particularidades es el entorno que los rodea. Al estar situados en alta montaña, suelen estar encajados entre rocas, neveros y praderas alpinas.

Flora de los ibones

Su ubicación y entorno limitan el tipo de flora que puede crecer cerca de ellos. Entre la flora de los ibones podemos encontrar que hay, en las orillas y los alrededores de los lagos, plantas adaptadas al frío, como pequeñas flores alpinas, musgos y líquenes que soportan bien la humedad y las bajas temperaturas.

Fauna de los ibones

En cuanto a la fauna de los ibones, no hay tanta diversidad como en los lagos de zonas más bajas, debido precisamente al clima extremo y la escasez de nutrientes en sus aguas. Sin embargo, en ellos viven algunas especies muy bien adaptadas, como anfibios, como tritones pirenaicos y ranas, insectos acuáticos y pequeños invertebrados. En las inmediaciones también es posible ver marmotas, rebecos y aves de montaña como el quebrantahuesos o el águila real.

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Los ibones se formaron hace miles de años, durante las últimas glaciaciones que modelaron el paisaje de los Pirineos. El proceso fue:

1. Grandes masas de hielo descendían lentamente por las montañas, actuando como enormes “bulldozers naturales”.
2. El peso y el movimiento de esos glaciares fueron erosionando el terreno, arrancando rocas y excavando depresiones en el suelo.
3. Cuando el clima empezó a calentarse y los glaciares se retiraron, esas cavidades quedaron libres y comenzaron a llenarse con el agua procedente del deshielo, la lluvia y los arroyos de montaña. El resultado fue la creación de lagos de alta montaña.

Hay varias formas de clasificarlos. Por ejemplo, se pueden clasificar según su naturaleza:

• Ibones glaciares clásicos o naturales: lagos naturales formados por la erosión de antiguos glaciares, como el Ibón de Plan (Basa de la Mora), el Ibón de Anayet o el Ibón de Estanés.
• Ibones represados o modificados: son lagos glaciares naturales a los que se les ha añadido una presa para regular su nivel, como el Ibón de Estanés y el Ibón de Bachimaña Bajo.
• Ibones "chelaus" o helados: aquellos que permanecen congelados buena parte del año debido a su elevada altitud, cubiertos por un hielo azulado característico, lo que los hace muy singulares.

También podemos clasificarlos según su ubicación:

• Ibones de alta montaña: situados por encima de los 2.000 m, como los de Anayet o Arriel, rodeados de picos escarpados.
• Ibones accesibles o de media montaña: de acceso más sencillo y a menor altitud, como el Ibón de Plan o el Ibón de Estanés, ideales para excursiones familiares.
• Ibones encadenados o en grupo: conjuntos de lagos que forman sistemas glaciares conectados, como los Ibones de Bachimaña o los Ibones de Arriel.
• Ibones solitarios: lagos aislados en valles o circos glaciares, como el Ibón de Escarpinosa, con gran valor paisajístico y ecológico.

Como hemos mencionado antes, los ibones se encuentran principalmente en los Pirineos, tanto en la vertiente aragonesa como en la francesa y en menor medida en la catalana. Son lagos exclusivos de alta montaña, por lo que siempre aparecen en zonas elevadas, rodeados de picos, canchales de roca y praderas alpinas.

En Aragón, sobre todo en el Pirineo oscense, es donde se concentra la mayor parte de ellos. Allí se pueden encontrar en lugares como el Valle de Tena, el Valle de Benasque o la zona del Balneario de Panticosa, que son auténticos santuarios de ibones del Pirineo de Huesca.

Algunos ejemplos conocidos para hacer una ruta de los ibones son:

• Ibón de Bachimaña
• Ibón de Sabocos
• Ibón de Estanés
• Ibones de Anayet
• Ibón de Cregüeña
• Ibón de Plan o “Basa de la Mora”
• Ibón de Espelunciecha
• Ibón de Piedrafita

Los ibones no son solo lagos bonitos en medio de las montañas, también cumplen un papel fundamental a nivel ecológico.

• En primer lugar, funcionan como reservas de agua dulce en zonas de alta montaña. Su origen glaciar y su localización hacen que acumulen agua de deshielo y precipitaciones, lo que alimenta arroyos y ríos que descienden hacia los valles. De este modo, contribuyen a mantener el equilibrio hídrico de toda la cuenca pirenaica.
• Además, los ibones son ecosistemas singulares y frágiles. Aunque sus aguas son frías y pobres en nutrientes, albergan especies únicas y muy adaptadas a estas condiciones extremas. Algunos anfibios, como el tritón pirenaico, solo pueden vivir en entornos de este tipo, lo que convierte a los ibones en refugios clave para su supervivencia.
• También actúan como indicadores naturales del cambio climático. Debido a su origen glaciar y a su ubicación en alta montaña, los ibones son muy sensibles a las variaciones de temperatura y a la disminución de los glaciares. Observar cambios en su nivel de agua, en la flora de sus alrededores o en la fauna que los habita permite a los científicos estudiar cómo está evolucionando el clima en los Pirineos.
• Por último, no se puede olvidar su valor cultural y paisajístico. Los ibones forman parte de la identidad del Pirineo y han inspirado leyendas, rutas de montaña y tradiciones locales. Además, atraen a senderistas, montañeros y amantes de la naturaleza, lo que refuerza su importancia también en el ámbito turístico y económico.

Uno de los impactos principales del cambio climático en los ibones es el retroceso de los glaciares que reduce el aporte de agua de deshielo que alimenta muchos ibones. Esto provoca que algunos disminuyan su nivel de agua, se sequen parcialmente en verano o incluso lleguen a desaparecer en casos extremos.

Por otro lado, tenemos el aumento de la temperatura media, que hace que los ibones permanezcan helados durante menos tiempo al año. Ese deshielo temprano altera los ciclos naturales de los anfibios, insectos y plantas que dependen de esas condiciones frías y estables.

También se observa un cambio en la flora y fauna de los ibones o de alta montaña. Algunas especies adaptadas al frío, como el tritón pirenaico o ciertas flores alpinas, pueden verse desplazadas por otras que encuentran ahora condiciones más favorables en esas alturas, generando un desequilibrio en el ecosistema.

Sí, son accesibles mediante rutas de senderismo bien señalizadas y algunas incluso con apoyo de remontes o telesillas, lo que los hace aptos para familias y excursionistas de todos los niveles.

La mejor época para visitar los ibones es el verano. El clima es más cálido y seguro, y los senderos están despejados, facilitando el acceso y la experiencia. La primera mitad de septiembre es especialmente atractiva: el paisaje se tiñe de tonos otoñales y hay menos afluencia de visitantes.

• Ibón: es un lago de montaña, generalmente pequeño y natural, formado por la acumulación de agua de deshielo en depresiones creadas por antiguos glaciares en el Pirineo. El término, de origen aragonés, se refiere específicamente a estas formaciones en esa región.
• Lago glaciar: cuerpo de agua natural que nace por el retroceso de un glaciar, llenando una depresión tallada por el hielo; los ibones son un tipo específico de lagos glaciares situados en alta montaña, como en los Pirineos.
• Embalse: el embalse es un lago artificial creado por el cierre parcial o total del cauce de un río, generalmente mediante una presa, con fines como abastecimiento de agua, generación eléctrica o riego.

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