Partes del cangrejo

Empezamos a explicar la anatomía del cangrejo por una de sus partes más reconocibles: el caparazón. Este es la estructura dura y protectora que cubre la mayor parte de su cuerpo, especialmente el cefalotórax, es decir, la fusión de la cabeza con el tórax. Esta cubierta dura, compuesta de quitina y minerales, cumple la función de exoesqueleto y sirve de escudo frente a depredadores, abrasión del fondo marino o los choques con rocas o sedimentos. Gracias a esta estructura rígida, el cangrejo puede mantener sus órganos internos protegidos y fijar músculos potentes para mover sus apéndices. Este caparazón también limita el crecimiento del animal, lo que hace necesaria la muda periódica en su ciclo de vida.

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El abdomen del cangrejo, también llamado pleón, se encuentra en la parte posterior y ventral del animal, muchas veces plegado hacia debajo del cuerpo principal en los verdaderos cangrejos (infraorden Brachyura). El abdomen alberga apéndices reproductores o nadadores (pleópodos) en su zona interna y está adaptado para protegerlos. Además, el tamaño y la forma del abdomen permiten distinguir machos de hembras en ciertas especies: por ejemplo, la hembra suele tener el abdomen más ancho para alojar los huevos.

Las pinzas o quelípedos del cangrejo constituyen el primer par de apéndices pereiópodos, los cuales están altamente especializados. Este par, generalmente en la parte anterior del cuerpo, está provisto de una hoja o pinza móvil que permite agarrar alimento, defenderse de enemigos e incluso realizar rituales de apareamiento o confrontación entre individuos de la misma especie. En muchos decápodos, los quelípedos presentan dimorfismo sexual o funcional: uno puede estar mayormente adaptado para triturar, mientras el otro es más fino y especializado para manipular o capturar presas.

Las patas caminadoras, también denominadas pereiópodos, son los pares de apéndices que siguen al par de pinzas en el cuerpo del cangrejo. Generalmente, hay cuatro pares dedicados principalmente a la locomoción, es decir, caminar sobre el sustrato, moverse lateralmente o desplazarse por medios acuáticos en algunas especies. La estructura de estos apéndices es articulada, permitiendo diversos movimientos, y está anclada al cuerpo mediante segmentos con músculos que se insertan en el exoesqueleto. La disposición lateral de las patas favorece el desplazamiento hacia los costados, típico de los cangrejos.

Los ojos del cangrejo están ubicados en uno o dos pares de pedúnculos que emergen de la superficie del caparazón, permitiendo que los ojos se eleven y giren para ampliar el campo visual. Esta posición elevada ofrece ventaja para detectar movimiento, posibles presas o depredadores desde diversos ángulos. Los ojos son compuestos, es decir, están formados por múltiples facetas (omátidios), lo que les permite percibir cambios de luz y movimiento de forma eficiente, aunque no tan nítida como la visión humana.

Las antenas del cangrejo son apéndices sensitivos que emergen de la cabeza y cumplen funciones fundamentales de percepción del entorno: detección de estímulos químicos, vibracionales y táctiles. En los crustáceos decápodos se reconocen usualmente dos pares: un par de “anténulas” más cortas y un par de “antenas” más largas. Las antenas ayudan al animal a captar olores en el agua o el suelo, percibir corrientes, localizar alimento e incluso reconocer señales químicas de otros individuos (por ejemplo, en el apareamiento).

El sistema digestivo de los cangrejos es bastante complejo y se adapta a una dieta variada (omnívora, incluyendo detritos, animales pequeños, algas...). En los decápodos se distinguen claramente el tracto digestivo anterior (boca, esófago y estómago), el intestino medio o glándula digestiva (hepatopáncreas) y el intestino posterior. La función de estos órganos es triturar el alimento (a veces mediante un “molinillo gástrico” de placas duras), absorber nutrientes y expulsar residuos.

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Las branquias de los cangrejos están ubicadas en cavidades laterales debajo del caparazón (en los lados del cefalotórax) y permiten el intercambio de gases entre el cuerpo y el agua. Una característica relevante es que las cámaras branquiales están protegidas, y el agua fluye sobre las láminas branquiales, donde ocurre la difusión del oxígeno hacia la hemolinfa y la expulsión del dióxido de carbono. Este diseño permite al cangrejo habitar ambientes marinos, fluviales o de agua salobre.

Los órganos reproductores en los cangrejos están situados en el cefalotórax o bajo este y pueden presentar dimorfismos sexuales claros. Las hembras, una vez fertilizadas, suelen portar sus huevos bajo el abdomen hasta su liberación al ambiente acuático. La disposición morfológica de estos órganos y apéndices especiales permite que la reproducción ocurra aún en ambientes con fuerte corriente o confinados.

El sistema nervioso de los cangrejos, al igual que otros crustáceos, está compuesto por un cerebro situado en la región anterior (dorsal al esófago) y ganglios ventrales repartidos por el cuerpo que controlan los músculos de los apéndices, la percepción sensorial y las funciones autónomas.

Gracias a este sistema, el cangrejo coordina estímulos visuales, táctiles y químicos, se orienta en su entorno, responde a ataques y ejecuta movimientos de defensa o captura. La localización de los ganglios permite que muchos reflejos sean muy rápidos, lo que es esencial en un animal que es presa de otros muchos.

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