Albahaca: cuidados, sol, riego y poda

• Su nombre científico es Ocimum basilicum y pertenece a la familia de las Lamiáceas.
• Es una planta herbácea anual, muy cultivada como aromática y culinaria.
• Puede alcanzar entre 30 y 60 cm, dependiendo de las condiciones y variedad.
• Tiene hojas de forma ovalada, con color verde brillante (o púrpuras en algunas variedades) y tamaño entre 3 y 11 cm.
• Sus flores son pequeñas, de color blanco o rosado, agrupadas en espigas que aparecen al final del verano.
• Tiene un aroma muy intenso y característico, gracias a sus aceites esenciales ricos en eugenol y linalol, responsables de su fragancia y propiedades medicinales.
• Es muy popular en la gastronomía mediterránea y asiática, y también utilizada como planta medicinal y ornamental.

Te recomendamos leer este otro artículo sobre la Albahaca: propiedades y para qué sirve.

Esta planta puede estar tanto en exterior como en interior. La albahaca necesita mucha luz solar directa, al menos 6 horas diarias, para crecer sana y desarrollar hojas con buen aroma. Si la cultivas en interior, colócala cerca de una ventana muy luminosa. La falta de luz debilita la planta, ralentiza su crecimiento y disminuye la calidad de las hojas.

La albahaca necesita temperaturas cálidas para desarrollarse correctamente. Su rango ideal se encuentra entre 18 °C y 25 °C, aunque puede tolerar algo más de calor si recibe suficiente agua. No soporta bien el frío ni las heladas: por debajo de 10 °C empieza a debilitarse y puede morir rápidamente. Por eso, se recomienda cultivarla en primavera y verano, o mantenerla en interiores protegida si el clima es fresco. Además, al ser una planta anual, su ciclo de vida se adapta mejor a las estaciones cálidas.

¿Cuál es la mejor época para sembrar albahaca?

El momento ideal para sembrar albahaca es a finales del invierno o comienzos de la primavera, cuando el clima comienza a templarse. Esta planta es sensible al frío, por lo que es importante esperar a que no haya riesgo de heladas. De esta manera, podrás aprovechar todo el ciclo cálido para obtener una planta vigorosa y productiva.

¿Cuáles son los pasos para sembrar albahaca?

1. Prepara el sustrato: usa tierra suelta, rica en materia orgánica y con buen drenaje. Si siembras en el jardín, puedes mejorar el suelo con compost.
2. Llena los semilleros o macetas: asegúrate de no apelmazar la tierra para facilitar la germinación.
3. Siembra las semillas: distribúyelas superficialmente y cúbrelas ligeramente con una fina capa de sustrato.
4. Riega con cuidado: usa un pulverizador o regadera suave para evitar desplazar las semillas.
5. Cubre con film transparente: esto es opcional, pero ayuda a mantener la humedad y favorecer la germinación.
6. Ubica en un lugar cálido y con luz solar: preferiblemente cerca de una ventana o en exterior si el clima es templado.
7. Trasplanta cuando tengan unos 5-8 cm: espera a que las plántulas tengan al menos dos pares de hojas verdaderas antes de colocarlas en su ubicación definitiva.

1. Elige el lugar adecuado: ubica tu albahaca en un sitio que reciba al menos 6 horas de luz solar directa al día. Puedes plantarla en una maceta en el balcón, terraza o jardín. La albahaca adora el calor y necesita buena iluminación para crecer fuerte.
2. Prepara el recipiente o suelo: si vas a usar una maceta, asegúrate de que tenga agujeros de drenaje. Llénala con sustrato universal o uno específico para plantas aromáticas, mezclado con un poco de compost o humus de lombriz. Si la plantas en suelo, elige una zona suelta, bien aireada y rica en nutrientes.
3. Riega la plántula antes del trasplante: riega ligeramente la planta en su recipiente original antes de trasplantarla. Esto ayuda a que las raíces se suelten más fácilmente y sufran menos estrés.
4. Saca la plántula con cuidado: sujeta la base del tallo con una mano y, con la otra, aprieta suavemente el contenedor para sacar el cepellón (las raíces con tierra). Evita tirar del tallo directamente.
5. Planta a la profundidad adecuada: haz un hueco en la tierra del nuevo recipiente o del jardín lo suficientemente profundo como para que encaje el cepellón. Coloca la planta y cubre hasta el mismo nivel donde estaba plantada antes, sin enterrar el tallo demasiado.
6. Presiona y riega: presiona ligeramente la tierra alrededor de la planta para que quede firme y sin bolsas de aire. Luego, riega con cuidado hasta que la tierra esté bien húmeda, pero sin encharcar.

Para que la albahaca crezca sana y se desarrolle correctamente, la maceta debe tener al menos 12 a 15 cm de diámetro y una profundidad mínima de 20 cm. Este espacio permite que las raíces se expandan y la planta obtenga los nutrientes y el agua necesarios sin competir en exceso. Si quieres plantar varias albahacas en la misma maceta, debes dejar entre 15 y 20 cm de separación entre cada planta para evitar que crezcan demasiado juntas. Además, es fundamental que la maceta tenga orificios de drenaje en la base para evitar el encharcamiento y prevenir enfermedades en las raíces.

La albahaca necesita un sustrato ligero, fértil y con muy buen drenaje para que sus raíces respiren bien y no se acumulen excesos de agua. La mezcla ideal incluye componentes que aporten nutrientes y otros que mejoren la estructura.

Para macetas o jardineras, se recomienda preparar un sustrato casero combinando:

• 40% turba o fibra de coco, que ayudan a retener la humedad y mantienen el sustrato esponjoso.
• 30% humus de lombriz o compost bien descompuesto, para aportar nutrientes orgánicos y mejorar la actividad biológica del suelo.
• 20% perlita o vermiculita, que mejoran la aireación y evitan la compactación.
• 10% arena gruesa o grava fina, para asegurar un drenaje rápido y prevenir encharcamientos.

Si no deseas prepararlo tú mismo, puedes usar un sustrato universal para plantas de interior, pero se recomienda mezclarle perlita o vermiculita en una proporción aproximada de 20–30% para mejorar la aireación y evitar que se compacte.

Además, es importante usar macetas con agujeros de drenaje en la base y colocar una capa de gravilla o arcilla expandida en el fondo para garantizar que el exceso de agua salga con facilidad. De esta forma, la albahaca crecerá vigorosa, con raíces sanas y hojas más aromáticas.

Conviene ir abonando esta planta cada cierto tiempo, especialmente cuando se cultiva en macetas, donde el sustrato se agota más rápido. Se recomienda aplicar un abono orgánico suave, como humus de lombriz o compost maduro, cada 3 a 4 semanas durante la temporada de crecimiento (primavera y verano). Esto se puede hacer incorporando una pequeña capa superficial al sustrato o disolviendo humus líquido en el agua de riego.

Si prefieres fertilizantes comerciales, utiliza uno líquido para plantas de hoja, bajo en fósforo y rico en nitrógeno, cada 15 días aproximadamente, siguiendo la dosis indicada en el envase.

Es importante no excederse con el abono, ya que un exceso puede afectar el sabor de las hojas y volverlas menos aromáticas. Además, siempre es mejor abonar después de un riego para evitar dañar las raíces.

La albahaca necesita un riego frecuente y regular para mantenerse sana y con hojas tiernas. Durante el verano o en climas muy cálidos, lo ideal es regarla de 4 a 5 veces por semana, e incluso a diario si el sustrato se seca muy rápido. En cambio, en invierno o en estaciones más frescas, puedes reducir el riego a 2 o 3 veces por semana, asegurándote siempre de que la tierra no quede completamente seca.

El sustrato debe mantenerse húmedo al tacto, pero nunca encharcado, ya que el exceso de agua puede provocar pudrición de raíces y aparición de hongos. Si la cultivas en maceta, es esencial que tenga orificios de drenaje y una capa de material drenante en el fondo.

Siempre es mejor regar por la mañana temprano o al atardecer, para minimizar la evaporación y evitar que el agua caliente dañe las raíces. Además, si es posible, se recomienda regar directamente sobre el sustrato y no mojar demasiado las hojas, para prevenir enfermedades fúngicas.

En este otro post puedes encontrar Las mejores regaderas para plantas.

Podar la albahaca regularmente ayuda a que crezca más frondosa y prolonga su vida útil. Es importante cortar las puntas de los tallos cuando la planta alcance unos 15-20 cm, o al menos cada 2 o 3 semanas, lo que estimulará la ramificación. Si se tiene la planta para consumir sus hojas, también se deben eliminar los capullos florales antes de que se abran, ya que la floración marca el fin del ciclo vegetativo. Además, mantener la tierra libre de malas hierbas y aireada también favorece su salud.

En este enlace encontrarás Las mejores tijeras de podar.

Si quieres aprovechar las hojas de albahaca para su uso en la cocina o como medicina natural, puedes comenzar a cosecharlas cuando la planta tenga suficiente desarrollo. Lo ideal es cortar las hojas más grandes y hacerlo por la mañana, cuando los aceites esenciales están en su punto máximo. Para conservar bien las hojas, puedes secarlas, congelarlas o hacer cubitos de albahaca en aceite.

En cambio, si quieres obtener semillas, permite que la planta florezca y recolecta las semillas cuando estén secas.

Además de sembrar semillas, la albahaca puede reproducirse fácilmente por esquejes, lo que permite obtener nuevas plantas idénticas a la original sin necesidad de volver a sembrar.

¿Cuáles son los pasos para reproducir albahaca por esquejes?

1. Elige un tallo sano: selecciona una rama joven de unos 10-12 cm, sin flores y con varias hojas.
2. Retira las hojas inferiores: deja el tercio inferior del tallo limpio para facilitar el enraizamiento.
3. Coloca el tallo en agua: introduce la base del esqueje en un vaso con agua o en un enraizante natural (como agua con lentejas germinadas).
4. Cambia el agua cada 2 o 3 días: mantén la limpieza para evitar la proliferación de hongos.
5. Espera a que broten raíces: en unos 10 a 15 días, el esqueje desarrollará raíces visibles. Conoce aquí Cómo enraizar esquejes.
6. Trasplanta a tierra o maceta: cuando las raíces tengan al menos 2-3 cm, puedes plantar el esqueje en su lugar definitivo.

La albahaca es una planta bastante resistente, pero puede verse afectada por algunas plagas comunes que dañan sus hojas y debilitan su crecimiento.

• Los pulgones son una de las principales amenazas, ya que se agrupan en los tallos y hojas jóvenes, chupando la savia y provocando deformaciones. En este enlace conocerás los Remedios caseros para eliminar el pulgón en las plantas.
• Otra plaga frecuente es la mosca blanca, que se instala en el envés de las hojas y causa debilitamiento general. Aquí te contamos Cómo eliminar la mosca blanca.
• Los caracoles y babosas también pueden atacar la albahaca, especialmente cuando se cultiva en el jardín, devorando hojas enteras en poco tiempo. Conoce aquí Cómo eliminar babosas y caracoles de forma natural.

Para prevenir y controlar estas plagas, es importante revisar la planta con frecuencia, usar trampas naturales y recurrir a insecticidas ecológicos o preparados caseros si es necesario.

¿Se puede cultivar albahaca todo el año?

Solo si se encuentra en interior o en climas tropicales. En exterior, es una planta anual que muere con el frío. Puedes alargar su ciclo manteniéndola en un ambiente cálido y protegido.

¿Por qué se marchita la albahaca?

Las causas más comunes son un riego inadecuado (ya sea por exceso o por falta de agua), que tenga poca luz solar o que haya temperaturas bajas. Ajusta estos factores para recuperar la salud de tu planta.

¿Qué hago si la albahaca comienza a florecer?

La floración interrumpe el crecimiento de hojas, por lo que es recomendable cortar los capullos apenas aparezcan si quieres seguir cosechando hojas. Si deseas recolectar semillas, puedes dejar una o dos plantas florecer.

Si quieres conocer algunos detalles más, puedes ver este vídeo.

Si deseas leer más artículos parecidos a Albahaca: cuidados, sol, riego y poda, te recomendamos que entres en nuestra categoría de Cultivo y cuidados de las plantas.