El suelo arcilloso es aquel en el que predomina la arcilla sobre otras partículas de otros tamaños. La arcilla es un conjunto de partículas minerales muy pequeñas, de menos de 0,001 mm. de diámetro, en contraposición a otras partículas más grandes como son el limo y la arena, por orden de tamaño, de menor a mayor.
Un suelo arcilloso tendrá también parte de limo y de arena, pero predominará la arcilla, en distintas proporciones según el suelo en cuestión. No hay dos suelos iguales.
¿Cómo averiguar el tipo de suelo que tenemos según su textura?
El método más fiable y científico es llevar a analizar la tierra a un laboratorio agrónomo. Pero si queremos usar un método más sencillo y gratuito, podemos probar a modelar un cilindro con la tierra: se coge un poco de tierra, se humedece y se amasa con las manos. Se modela un cilindro de unos 3 milímetros de diámetro, el cual convertiremos en un círculo uniendo los dos extremos. Si estuviéramos modelando arcilla pura no aparecería ninguna grieta; por ello, si no aparecen grietas seguiremos modelando, en este caso un cilindro de 1 milímetro de diámetro. Si al cerrarlo no se agrieta, podemos estar seguros de que el suelo es arcilloso.
Los suelos arcillosos drenan mal el agua, debido a la pequeñez de sus partículas. Por ello se encharcan. Para solucionar el problema, un experto puede instalar tubos de drenaje. También se puede añadir al suelo arena y materia orgánica; así de paso mejoraremos su fertilidad.
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El suelo está compuesto por una serie de partículas cuyo tamaño varía considerablemente. En un extremo de la curva nos encontramos con las piedras y las gravas, que son las de mayor tamaño. Acto seguido nos encontraríamos con las arenas, después con las arcillas, y por último con los limos. De dicho tamaño depende mucho la capacidad del suelo de retener el agua, siendo las texturas más gruesas las que la pierden con más facilidad. Las más finas, como las arcillosas, retienen mucha agua y dejan poco espacio a la fase gaseosa, lo que puede producir problemas de encharcamiento y asfixia de las raíces. Cabe matizar que un suelo nunca suele tener solo un tipo de partículas, sino que posee una mezcla de todas ellas.
Aunque los suelos arcillosos tengan esa tendencia a la inundación, y suelan formar apelmazamientos de tierra difíciles de atravesar por las raíces, también son buenos reteniendo nutrientes. Esto es debido a que la arcilla tiene carga negativa, que a su vez atrae a los cationes con carga positiva como el calcio, el magnesio, el hierro o el aluminio, a los cuales se pegan las moléculas orgánicas por tener carga negativa. Estas agrupaciones de compuestos reciben el nombre de complejos arcillo-húmicos, y son muy importantes en la nutrición vegetal.
Otros factores negativos de los suelos arcillosos son la expansión y contracción de su volumen debido a la retención hídrica, que puede producir problemas en raíces y semillas. También tardan mucho en calentarse, lo cual ralentiza la velocidad de germanización de las plantas.
dan buenos consejos pero deberian decir donde se encuentran por que podriamos busccarlas en algunos casos,y que podriamos hacer para conseguirlos.me gusta este sistema de poder opinar lo que a uno le importa gracias por la pagina esta muy buena le doy me gusta