Qué es una albufera, cómo se forma y ejemplos

Una albufera es una laguna costera que se forma cuando una franja de tierra, como un cordón de dunas o un banco de arena, separa una porción del mar. Esta barrera impide que el agua salada entre directamente, aunque puede seguir habiendo cierto intercambio según la marea, las lluvias o las aperturas naturales o artificiales que se hagan en esa franja.

Las albuferas suelen estar conectadas al mar por canales o compuertas, lo que genera un equilibrio muy particular entre el agua dulce que llega de los ríos o la lluvia, y el agua salada del mar. Por eso, una de las preguntas más comunes es: ¿las albuferas son de agua dulce o salada? La respuesta es que, en realidad, son de agua salobre, es decir, una mezcla de ambas. Sin embargo, esta proporción puede cambiar con el clima o la actividad humana, volviéndose más dulce o más salada según el caso.

La formación de una albufera es un proceso natural que puede tardar siglos.

1. Todo comienza en zonas costeras llanas, donde el mar deposita arena y sedimentos a lo largo del tiempo, especialmente en lugares con poco oleaje y pendiente suave.
2. Estos sedimentos van acumulándose y formando una barrera o cordón litoral que poco a poco encierra una parte del mar.
3. Cuando este cordón se cierra del todo o deja apenas una pequeña conexión con el mar, se forma la laguna que conocemos como albufera.
4. En ese espacio encerrado, el agua comienza a cambiar: recibe aportes de lluvia, escorrentía o incluso ríos cercanos, lo que reduce su salinidad. Sin embargo, si la conexión con el mar sigue abierta, aunque sea parcialmente, el agua puede seguir teniendo algo de sal.
5. A veces, el ser humano también interviene en la formación o mantenimiento de una albufera, abriendo y cerrando compuertas o canales para controlar el flujo de agua, ya sea por motivos agrícolas, pesqueros o de conservación ambiental.

Vamos a ver algunos de los ejemplos más famosos de albuferas en el mundo y de distintas partes:

Albuferas en España

España es uno de los países con más tradición en la protección y uso sostenible de albuferas. Entre ellas destaca:

• Albufera de Valencia: es probablemente la más famosa del país, un parque natural situado a pocos kilómetros de la ciudad de Valencia. De hecho, si te preguntas ¿qué albufera es la más grande de España? La respuesta es esta: la Albufera de Valencia, ya que cuenta con unas 2.800 hectáreas de superficie lagunar y más de 20.000 hectáreas si se cuenta todo el ecosistema del parque natural.
• Albufera de Adra (Almería): un pequeño humedal costero muy valioso para aves acuáticas.
• Albufera de Mallorca: es un humedal extenso y protegido, ideal para la observación de aves. Es un espacio natural protegido en las Islas Baleares.

Albuferas en Argentina

Aunque en Argentina no se usa tanto la palabra "albufera", existen ecosistemas similares:

• Albufera de Mar Chiquita: situada en la provincia de Buenos Aires, es una laguna costera muy parecida a las albuferas mediterráneas. Está separada del mar por una barrera de arena y tiene agua salobre. Es reconocida como Reserva de la Biosfera por la UNESCO.

Otras albuferas en el mundo

• Albufera de Venecia (Italia): conocida como la Laguna de Venecia, es un extenso ecosistema costero que alberga la famosa ciudad de los canales. Su dinámica natural es muy similar a la de una albufera mediterránea.
• Laguna de Izmir (Turquía): este humedal costero del oeste de Turquía funciona como una albufera y sirve de hábitat a cientos de especies de aves. Está separada del mar Egeo por una franja arenosa.
• Albufera de Kerala (India): en la costa suroeste de la India, los conocidos "backwaters" de Kerala son lagunas costeras interconectadas, algunas de ellas formadas por procesos similares a los de las albuferas.

La flora y fauna de la albufera es muy variada y depende en gran medida del tipo de agua (dulce, salobre o salada) y del grado de conservación del entorno. Estos ecosistemas costeros son refugio de numerosas especies, muchas de ellas amenazadas o protegidas.

Fauna de la albufera

Las aves son el grupo más visible y diverso. Muchas albuferas se encuentran en rutas migratorias, por lo que acogen especies como garzas, flamencos, cigüeñuelas, ánades reales, aguiluchos laguneros o somormujos. También habitan peces adaptados a la salinidad, como la anguila, el mújol o el fartet (Aphanius iberus), un pez endémico en peligro de extinción en la península ibérica. Además, es común encontrar anfibios como el sapillo pintojo y reptiles como galápagos leprosos o culebras de agua. Los invertebrados acuáticos, como larvas de libélula, crustáceos y moluscos, cumplen un papel esencial en la cadena alimentaria.

Flora de la albufera

La vegetación también es muy característica. En las orillas predominan los carrizos, juncos y eneas, que ayudan a estabilizar el suelo y filtrar el agua. En el interior de la laguna crecen plantas acuáticas sumergidas como la Ruppia maritima o la Zannichellia, fundamentales para el equilibrio del ecosistema y el refugio de pequeños animales. En zonas con mayor salinidad aparecen especies halófilas como la salicornia, bien adaptadas a suelos salinos y pobres en nutrientes.

Una albufera es una laguna costera separada del mar por una barrera arenosa. Su agua es salobre, mezcla de agua dulce y salada, y está conectada al mar por canales que permiten el intercambio de agua y afectan su biodiversidad.

Por otro lado, una laguna es un cuerpo de agua más general que puede encontrarse tanto en zonas costeras como en el interior. Las lagunas pueden ser de agua dulce, salada o salobre, y no siempre están conectadas al mar. Algunas lagunas son permanentes, mientras que otras pueden ser temporales, dependiendo de las condiciones climáticas.

En resumen, todas las albuferas son lagunas costeras con características específicas, pero no todas las lagunas son albuferas.

Las albuferas cumplen un papel ecológico fundamental en los ecosistemas costeros. Vamos a ver cuáles son algunas de las funciones ecológicas más importantes:

• Refugio de biodiversidad: alberga peces, anfibios, insectos, plantas acuáticas, crustáceos y aves migratorias. Muchas aves utilizan las albuferas como zonas de descanso y alimentación durante sus largas migraciones.
• Filtro natural del agua: las albuferas filtran los sedimentos y contaminantes que arrastran los ríos antes de que lleguen al mar. Las plantas acuáticas y los microorganismos presentes ayudan a limpiar el agua, mejorando su calidad y evitando la contaminación de las aguas marinas cercanas.
• Control de inundaciones: gracias a su capacidad para almacenar grandes volúmenes de agua, las albuferas ayudan a amortiguar los efectos de las lluvias intensas o las crecidas de los ríos.
• Regulación del clima local: al contener grandes masas de agua, las albuferas influyen en el microclima de las regiones costeras.
• Protección del litoral: la franja de tierra que separa una albufera del mar actúa como barrera natural frente a la erosión costera.

Visitar una albufera es una experiencia muy recomendada para quienes disfrutan de la naturaleza, la tranquilidad y la observación de paisajes únicos. De hecho, muchas albuferas están protegidas como parques naturales, reservas de la biosfera o zonas húmedas de importancia internacional, lo que garantiza que su visita sea segura y respetuosa con el entorno.

Estas son algunas de las actividades que se pueden hacer en una albufera:

• Paseos en barca o kayak.
• Observación de aves.
• Senderismo y rutas en bicicleta.
• Fotografía de naturaleza.
• Educación ambiental y turismo responsable.
• Disfrutar de la gastronomía local.

Al ser ecosistemas delicados, enfrentan múltiples amenazas: la urbanización, la contaminación, el turismo masivo, la sobreexplotación de recursos hídricos y el cambio climático. Por eso, muchos países han desarrollado marcos legales y programas específicos para protegerlas y garantizar su conservación a largo plazo.

• Muchas albuferas han sido declaradas parques naturales, lo que implica un nivel alto de protección ambiental. Este es el caso de la albufera de Valencia, que desde 1986 cuenta con esta figura legal en España. Gracias a ello, se puede regular el acceso, controlar las actividades humanas y restaurar zonas degradadas.
• En el caso de las albuferas en España y otros países de la Unión Europea, muchas están incluidas en la Red Natura 2000, una red ecológica europea de áreas protegidas. Su objetivo es conservar los hábitats más valiosos y amenazados del continente, y garantizar la supervivencia de las especies que los habitan.
• A nivel mundial, las albuferas pueden ser reconocidas como Humedales de Importancia Internacional bajo el Convenio Ramsar, un tratado firmado por más de 170 países. Esta designación implica el compromiso de conservar y usar racionalmente estos humedales, con la colaboración de gobiernos, ONG y comunidades locales.
• Además de las leyes, la conciencia social juega un papel clave en la protección de las albuferas. Cada vez más personas participan en actividades de voluntariado ambiental, limpiezas colectivas, monitoreo de especies o talleres educativos.

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