¿Cómo afecta la inteligencia artificial al medio ambiente?

La IA está presente en todos los ámbitos de la vida: en motores de búsqueda, dispositivos, etc., y consume una enorme cantidad de recursos. El consumo de electricidad, agua y emisiones de carbono de esta tecnología es comparable al de miles de hogares comunes. El entrenamiento y el funcionamiento de la IA provocan el agotamiento de valiosas reservas de agua dulce. Además, la complejidad requiere mayor potencia de procesamiento, lo que a su vez incrementa el consumo de recursos.

Los equipos y centros de datos que respaldan la tecnología suponen costos adicionales de construcción y mantenimiento. Además del carbono, existen emisiones de origen peligroso: plomo y mercurio. Su eliminación también implica grandes gastos, y hacerlo a gran escala es una tarea difícil.

Los costos energéticos de la IA son muy altos y, en la mayoría de los casos, se trata de fuentes no renovables: petróleo, gas y carbón. No hay suficiente energía verde para estas tecnologías. Las emisiones de gases de efecto invernadero derivadas de la IA aceleran significativamente el cambio climático.

La tecnología requiere equipos especializados, lo que también aumenta la carga ambiental. La alta demanda de estos dispositivos impulsa una producción costosa.

A pesar del alto consumo energético, la inteligencia artificial desempeña un papel fundamental en la protección y preservación del medio ambiente. La humanidad se enfrenta a importantes desafíos ambientales, y la aplicación de la IA desempeña importantes funciones:

• Garantiza un seguimiento eficaz.
• Analiza grandes volúmenes de datos de imágenes satelitales, rastrea los cambios más pequeños en el paisaje, los niveles de agua en los embalses, etc.
• Detección de contaminación natural en forma de vertederos.
• Previsión precisa de posibles desastres naturales: inundaciones, incendios forestales, terremotos, huracanes, etc.
• Monitoreo y análisis de vida silvestre, seguimiento de poblaciones de animales y aves mediante cámaras.
• Factores de previsión importantes para la agricultura, optimizando el uso de fertilizantes para reducir la carga sobre el suelo.

La IA se utiliza para optimizar el consumo energético en los centros de datos. Esta tecnología tiene un rápido crecimiento y un enorme potencial.

Si se utiliza con prudencia, los beneficios de la IA pueden superar con creces los perjuicios del consumo energético y las emisiones. Una sugerencia es ubicar los centros de datos en regiones donde no haya escasez de agua y la energía provenga de fuentes renovables. Por ejemplo, los centros de datos en Islandia funcionan con energía geotérmica, y el clima frío contribuye a una refrigeración eficiente de los equipos sin un consumo energético innecesario.

Los científicos ya hablan con vehemencia sobre la necesidad de gestionar responsablemente los recursos para evitar un cambio climático evidente. Resulta que gigantes tecnológicos modernos, como Microsoft o la empresa de Elon Musk, no cumplen, ni siquiera tienen intención de hacerlo, con sus obligaciones ambientales.

Los usuarios comunes usan con gusto los chats de IA para simular falsificaciones u otras tareas menores. Y ni siquiera se dan cuenta de que están dañando el medio ambiente. Responder preguntas comunes en estos chats requiere un gasto enorme de recursos. Cabe destacar que se consumen 519 ml de agua por solicitud, y solo en Estados Unidos, se gastan más de 435 millones de litros de valiosos recursos a la semana para una sola respuesta. A modo de comparación, esta cantidad de agua la consume la población de Odesa o del Dniéper en dos días.

Los centros de datos operan servidores potentes que requieren una refrigeración considerable. Al realizar cálculos, estos equipos generan una gran cantidad de calor. Para la refrigeración se utiliza agua. Cualquier respuesta de chat de GPT es el análisis de una enorme base de datos por parte de un servidor con un consumo considerable de recursos.

Cuando gigantes tecnológicos como la empresa de Musk construyeron sus centros de datos, prometieron usar tecnologías de refrigeración innovadoras para reducir el consumo de agua. Pero más tarde se descubrió que eran solo palabras. Cuando se vieron obligados a publicar datos de consumo, se descubrió que las empresas utilizaban entre el 4% y el 6% del agua total de la región donde estaban ubicadas. Y debido a la complejidad de la tecnología de IA, las emisiones de carbono aumentaron casi un 50%.

Los chips más recientes, fabricados por Nvidia, generan aún más energía para el servidor, aumentando así la potencia de procesamiento. Es decir, la inteligencia artificial está generando cambios, tanto positivos como negativos, no solo en el comportamiento y las emociones de la sociedad, sino también en el clima y el medio ambiente.

La inteligencia artificial, al integrarse en cualquier ámbito de la vida, lo cambia todo radicalmente. La tecnología se vuelve cada vez más compleja y mejorada, pero este proceso requiere una gran cantidad de recursos. Esto tiene un impacto en el medio ambiente y acelera significativamente el cambio climático.

Las élites tecnológicas ven grandes perspectivas para esta tecnología, por lo que invierten grandes cantidades de dinero en IA. En siete años, se prevé que el mercado de la inteligencia artificial se multiplique por 200. Todo el ámbito digital consume demasiados recursos. Y la IA no es la excepción. Electricidad, fuentes no renovables (petróleo, gas, carbón), gran cantidad de agua para refrigeración, así como un aumento significativo de las emisiones nocivas de carbono, mercurio, plomo y cadmio: todo esto es resultado de la aplicación de la innovación.

Todas nuestras actividades cotidianas: correo electrónico, redes sociales, mensajería instantánea, videojuegos, son el trabajo constante de centros de datos que consumen una enorme cantidad de recursos valiosos sin restaurarlos. ¿Cómo se justifica esto? ¿Mejora el desarrollo de las tecnologías la vida de las personas? Sí, si se utilizan con prudencia, por ejemplo, en la medicina, la educación, la ciencia o la agricultura.

El primer paso para reducir el consumo de recursos de IA es proponer la ubicación de centros de datos con equipos informáticos potentes en regiones específicas con climas fríos y la posibilidad de utilizar energías renovables. Actualmente, se están desarrollando aspectos tecnológicos económicos para reducir el coste de recursos valiosos para la operación de IA.

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